Optimización de la producción en invernadero en un clima continental (desértico)
En un invernadero semicerrado, el aire se introduce en el invernadero desde una cámara climatizada utilizando ventiladores y tubos de aire. Ubicada en la pared externa del invernadero, esta cámara climatizada facilita la circulación del aire. Durante la refrigeración, el aire exterior entra en la cámara a través de una pared de paneles refrigerantes. Este proceso permite mezclar el aire fresco y seco del exterior con el aire cálido y húmedo del interior del invernadero antes de que se distribuya a través de los tubos de aire. El patrón de orificios en los tubos, minuciosamente diseñado, garantiza una distribución uniforme del aire por todo el invernadero. Este innovador sistema hace que el invernadero semicerrado sea especialmente apto para el cultivo en climas continentales, como los desiertos.
Optimización de la producción en invernadero en un clima (sub)tropical
La refrigeración mecánica ofrece una solución para las regiones del mundo que experimentan temperaturas y humedad elevadas. Consiste en instalar intercambiadores de calor/frío delante de ventiladores para enfriar gradualmente el invernadero con aire de recirculación frío y seco hasta alcanzar la temperatura final deseada. Este método de enfriamiento y deshumidificación permite un cultivo perfecto en condiciones complicadas.
Cultivo sostenible en un invernadero semicerrado
Hay dos formas de ventilación en un invernadero semicerrado. En primer lugar, el aire puede sacarse al exterior a través del techo del invernadero. Alternativamente, la recirculación implica conducir el aire desde el invernadero a una cámara climatizada, y luego de vuelta al invernadero. Este flujo de aire superior no solo mejora el microclima alrededor de las hojas, sino que además aumenta la exposición al CO2 de las plantas. El resultado es un proceso de cultivo respetuoso con el medioambiente que permite una producción sostenible.
Seguridad alimentaria
Los aspectos técnicos de un invernadero semicerrado contribuyen a la producción de alimentos seguros de alta calidad. El flujo de aire único y las instalaciones del invernadero garantizan una deshumidificación óptima, impidiendo el crecimiento de mohos. Además, el invernadero semicerrado se encuentra bajo una ligera sobrepresión que, en combinación con las redes para insectos, impide la entrada de insectos no deseados. Como resultado, los riesgos de plagas y enfermedades se reducen drásticamente en un invernadero semicerrado.
Resultados óptimos
Un invernadero semicerrado ofrece una mayor seguridad para los cultivos gracias a su microclima ideal, su mayor exposición a la luz solar, la menor necesidad de pesticidas y fungicidas, la reducción en las emisiones de CO2, el menor consumo de agua, la retención eficiente del calor y la dependencia mínima de los combustibles fósiles. Estas ventajas se traducen en unos costes más bajos y mayores ingresos para los productores.